La paritaria docente

La Ley 13.552, publicada el 13 de octubre de 2006, consagra la paritaria docente provincial, una herramienta para la discusión de las condiciones de trabajo, en paridad de condiciones con la patronal. En la paritaria, trabajadores y patronal discuten y acuerdan las condiciones del trabajo asalariado. La paritaria tiene una mecánica muy concreta: no se puede modificar la condición laboral si no se acuerda en ese ámbito. Las modificaciones sólo son por acuerdo.

¿Qué validez tiene lo que se resuelve en paritaria?
Los acuerdos a que llegan las partes se plasman en un Convenio Colectivo de Trabajo que, al ser homologado, adquiere fuerza de ley. La homologación da derecho a la organización de los trabajadores a exigir el cumplimiento de lo acordado. Si una de las partes, unilateralmente, pretende hacer caer un acuerdo, la otra puede recurrir a la justicia.

Si hay paritarias, ¿qué pasa con el estatuto?
La Convención Colectiva de Trabajo no reemplaza al estatuto. Éste es un piso mínimo de regulación legal a partir de una ley. El Convenio Colectivo tiende a mejora esos derechos.

¿Quiénes integran la paritaria?
Por la parte empleadora, el estado provincial, la DGCyE, el ministerio de Economía y la subsecretaria de Gestión Pública. Por la parte trabajadora, 18 miembros, repartidos de la siguiente manera: 10 de SUTEBA, 6 de la FEB, 1 de la UDA y 1 de AMET. El ministerio de Trabajo coordina y ejerce la función de autoridad de aplicación.
La paritaria provincial está constituida por distintas comisiones: Consolidación de la Gestión y Organización del Trabajo Escolar; Salud Laboral y Riesgos de Trabajo; Carrera Docente, Nomenclador y Escalafón; Salario Docente y Reglamentación; Procedimientos y Funcionamiento de la Paritaria; etc.


La paritaria de la burocracia contra el estatuto de los trabajadores
Nuestro estatuto gremial está siendo prenda de negociación en manos de la burocracia docente. Muchos acuerdos pactados entre el gobierno y la conducción, en el marco de las paritarias, se hicieron por sobre lo que dice el estatuto y contra él.
Dos ejemplos: 1. El pago en negro está prohibido por la legislación vigente. Sin embargo, desde hace ya muchísimos años, la burocracia pacta acuerdos con todo tipo de sumas y garantías parcial o totalmente en negro, llegando las mismas a conformar casi el 50% de nuestro salario de bolsillo. 2. La carrera docente (bonificación por antigüedad) plantea que la diferencia salarial entre aquel docente que recién se inicia y quien tiene mayor antigüedad (24 años) debe ser del 120%. Pero las políticas de los pisos salariales (aquellas que elevan el salario mínimo) y del pago en negro reducen significativamente la diferencia que debe existir entre un extremo y otro de la pirámide salarial.
Estos dos simplísimos ejemplos muestran de manera contundente cómo las negociaciones paritarias en manos de la burocracia sindical y el gobierno se hacen por sobre y contra el estatuto docente, en manos de los cuales se vienen entregando conquistas históricas que los trabajadores de la educación supimos conseguir con la lucha de años en las escuelas y en la calles.


Un poco de historia…
A partir del año 2009, y luego de la reforma burocrática del estatuto sindical, los docentes tenemos delegados paritarios, que son electos. Pero durante 3 largos años (2006 a 2009), los “delegados paritarios” no eran delegados ni eran paritarios. Llevaban adelante las negociaciones de manera ilegítima, sin que nadie los hubiera votado para representar a los docentes ante el gobierno.
En esa época, se hablaba de “paritarios truchos”, haciendo alusión a los burócratas que se arrogaban la representación de todos los trabajadores de la educación de la provincia para sentarse con el gobierno, sin que nadie los haya elegido. En ese momento, la burocracia estaba compuesta por una alianza de listas: la Celeste y la Azul y Blanca. Ambos sectores tenían sus “paritarios truchos”, llevaban a cabo la representación de modo ilegítimo y, por supuesto, apoyaban y defendían como un solo hombre cada una de las iniciativas salariales y educativas del kirchnerismo, contra los trabajadores docentes.


Por paritarias democráticas y rodeadas de lucha
Desde 2006, los trabajadores de la educación tenemos paritarias, lo que en sí mismo es un avance.
Pero el problema no es la paritaria sino cómo se llevan adelante y quiénes son los que nos representan en las negociaciones, siempre más solícitos con las necesidades económicas del gobierno que de las de los docentes y sus familias. Las negociaciones colectivas han puesto en paridad de condiciones a la burocracia con el gobierno, para tirarse los dos juntos contra los trabajadores.
La agenda paritaria (o sea, el pliego de reivindicaciones de los trabajadores) ha sido puesta la mayoría de las veces por el gobierno, la burocracia, o ambos a la vez. Su construcción no es democrática, o sea no hay participación de las bases en la discusión de las reivindicaciones. Por el contrario, el pliego de reclamos debiera elaborarse de abajo hacia arriba, yendo desde las necesidades reales de los docentes que trabajamos en las escuelas hasta los delegados paritarios, para ser planteados, finalmente, ante el gobierno.
Por último, como dijimos, la paritaria es un avance, pero no reemplaza la lucha en las escuelas y en las calles. Si la paritaria nos pone en una situación de igualdad ante la patronal, el control de las negociaciones, la lucha y la movilización docentes pueden ser un elemento de presión que garantice siempre un acuerdo mucho más favorable para los trabajadores. Aunque, como sabemos, eso es justamente lo que no quiere la burocracia docente.
Sólo un Convenio Colectivo de Trabajo elaborado por los trabajadores de la educación, discutido democráticamente y vigilado de cerca por las bases docentes, rodeado, desde ya, de movilización y lucha en las escuelas y en las calles, podrá impedir que la burocracia docente siga entregando las conquistas obtenidas por los trabajadores de la educación.